Conjuntiva bulbar: Cubre la
esclera y se adhiere firmemente al limbo corneal. Es más delgada y menos
vascularizada en comparación con otras áreas.
Conjuntiva palpebral: Recubre
la cara interna de los párpados y está altamente vascularizada, con múltiples
glándulas que contribuyen a la estabilidad de la película lagrimal.
Entre ambas se encuentra el
fórnix conjuntival, que es el área de reflexión donde la conjuntiva palpebral
se continúa con la conjuntiva bulbar. Es una zona de gran importancia clínica,
ya que actúa como un reservorio de secreciones lagrimales y es un sitio
frecuente de acumulación de cuerpos extraños.
En perros y gatos, pueden
alojarse en el fórnix conjuntival cuerpos extraños pequeños como semillas,
partículas de polvo, pelos, arena y fragmentos vegetales, causando irritación
ocular, epífora, hiperemia conjuntival y blefaroespasmo. En algunos casos, los
cuerpos extraños pueden incrustarse y provocar una reacción inflamatoria
severa, con formación de granulomas o incluso úlceras corneales secundarias.
El abordaje terapéutico varía
según la localización y el tipo de cuerpo extraño. En casos simples, la
extracción puede realizarse mediante el uso de hisopos estériles o mediante un
lavado ocular con solución salina estéril. Sin embargo, si el cuerpo extraño se
encuentra profundamente alojado o ha causado una reacción inflamatoria severa,
puede ser necesario el uso de pinzas oftálmicas bajo sedación o anestesia, e
incluso procedimientos quirúrgicos para su eliminación segura y minimizar el
daño ocular.
Comentarios
Publicar un comentario