La queratoconjuntivitis seca
(QCS) en perros y gatos es una patología oftálmica caracterizada por una
disminución en la producción o calidad de la película lagrimal, lo que provoca
inflamación, irritación y daño corneal. Existen dos formas principales de QCS:
la cuantitativa, causada por una deficiencia en la producción de la porción
acuosa de la lágrima, y la cualitativa, que se origina por alteraciones en la
capa mucosa o lipídica de la película lagrimal. Ambas formas pueden llevar a
signos clínicos similares, como ojo seco, secreción mucosa y conjuntivitis,
pero su origen y diagnóstico son diferentes.
La queratoconjuntivitis seca
cuantitativa se debe a una insuficiente producción de la capa acuosa de la
lágrima, lo que reduce la hidratación y lubricación de la superficie ocular.
Para diagnosticar esta afección, se utiliza la prueba de Schirmer, que mide la
cantidad de lágrima producida en un minuto mediante una tira de papel de filtro
colocada en el saco conjuntival. Valores inferiores a 15 mm/min indican una
disminución de la secreción lagrimal y sugieren la presencia de QCS
cuantitativa, siendo los casos más graves aquellos con mediciones inferiores a
5 mm/min.
Por otro lado, la
queratoconjuntivitis seca cualitativa se presenta cuando la película lagrimal
tiene una composición anormal debido a deficiencias en las capas mucosa o
lipídica. La forma mucino-deficiente se debe a una alteración en la producción
de mucina por parte de las células caliciformes de la conjuntiva, lo que impide
que la lágrima se adhiera adecuadamente a la córnea. En cambio, la
lipo-deficiente ocurre por una producción inadecuada de la capa lipídica de la
lágrima, generada por las glándulas de Meibomio, lo que lleva a una evaporación
excesiva de la porción acuosa y a una insuficiente lubricación.
Para diagnosticar la QCS
cualitativa, se emplea la prueba del tiempo de ruptura de la película lagrimal
precorneal (BUT, por sus siglas en inglés), la cual evalúa la estabilidad de la
película lagrimal. Consiste en la aplicación de fluoresceína sobre la superficie
ocular y la medición del tiempo que tarda en formarse un punto seco tras el
parpadeo. Un BUT inferior a 10 segundos indica inestabilidad lagrimal y sugiere
una alteración cualitativa en la lágrima, lo que predispone a la sequedad
ocular y al daño epitelial.
El tratamiento de la
queratoconjuntivitis seca varía según su tipo. Se emplean fármacos como la
ciclosporina para estimular la producción lagrimal, junto con lágrimas
artificiales para mejorar la estabilidad de la película lagrimal. Un
diagnóstico preciso es fundamental para establecer la terapia más adecuada y
prevenir complicaciones oculares severas en perros y gatos.
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