Las neoplasias conjuntivales en felinos son una afección frecuente y de gran importancia debido a la función vital que cumple la conjuntiva en la protección ocular. Esta membrana contribuye a la lubricación del ojo, distribuye la lágrima y actúa como una barrera contra agentes externos. Cuando se desarrollan tumores en la conjuntiva, pueden comprometer estas funciones, lo que predispone al ojo a infecciones secundarias, inflamación crónica y, en algunos casos, úlceras corneales debido a la alteración en la distribución lagrimal y el parpadeo.
Los tumores conjuntivales
pueden originarse a partir de diversas estructuras celulares presentes en la
conjuntiva, incluyendo epitelio, tejido conectivo, glándulas y vasos
sanguíneos. En los gatos, los tumores más comunes en esta región incluyen el
carcinoma de células escamosas, el melanoma conjuntival y los linfomas, entre
otros. Estos tumores pueden manifestarse como masas rosadas, irregulares y de
crecimiento progresivo, que pueden ulcerarse y sangrar, causando molestias
oculares significativas.
El diagnóstico temprano de una
neoplasia conjuntival es fundamental para evitar complicaciones mayores, como
la extensión del tumor a estructuras oculares profundas. Dado que las lesiones
pueden simular inflamaciones conjuntivales crónicas o infecciones, es esencial
descartar la presencia de úlceras corneales secundarias mediante una evaluación
oftalmológica completa. Se recomienda el uso de tinciones con fluoresceína para
identificar posibles daños en la córnea y establecer un tratamiento de soporte
si es necesario.
Para confirmar la naturaleza
del tumor, la citología conjuntival es una herramienta diagnóstica valiosa. Se
puede realizar mediante aspiración con aguja fina (PAAF) o por punción con
aguja fina (AF) conjuntival, permitiendo la identificación de células con
criterios de malignidad, como anisocitosis, anisocariosis, pleomorfismo celular
y aumento de la relación núcleo-citoplasma. En lesiones que presentan sangrado
abundante, se recomienda la toma de muestras mediante hisopado, ya que esta
técnica minimiza el daño tisular y facilita la recolección de células sin
provocar hemorragias adicionales.
Sin embargo, aunque la
citología es útil para orientar el diagnóstico, el análisis histopatológico
sigue siendo el estándar de oro para la confirmación definitiva de la
neoplasia. Este estudio permite evaluar el tipo de tumor, su grado de invasión
y la presencia de márgenes limpios en caso de extracción quirúrgica. En algunos
casos, puede ser necesario realizar inmunohistoquímica para diferenciar ciertos
tipos de neoplasias y establecer el pronóstico adecuado.
El tratamiento de las
neoplasias conjuntivales en felinos es predominantemente quirúrgico, con la
escisión completa del tumor como principal objetivo. Dependiendo del tipo de
neoplasia y su grado de invasión, la cirugía puede complementarse con crioterapia,
radioterapia o quimioterapia tópica o sistémica. Es fundamental lograr márgenes
quirúrgicos amplios para reducir el riesgo de recurrencia, especialmente en
tumores agresivos como el carcinoma de células escamosas.
El pronóstico de los gatos con
neoplasias conjuntivales varía según el tipo de tumor y la rapidez del
diagnóstico. Un abordaje temprano y un tratamiento adecuado pueden mejorar
significativamente la calidad de vida del paciente y reducir el riesgo de metástasis
o complicaciones oculares severas. Por ello, ante cualquier cambio en la
conjuntiva, es crucial acudir a un veterinario especialista en oftalmología
para una evaluación y diagnóstico oportunos.
Comentarios
Publicar un comentario