El absceso retrobulbar es una patología
oftalmológica caracterizada por la acumulación de material purulento en el
espacio retrobulbar, generando un aumento del volumen orbitario, desplazamiento
anterior del globo ocular (exoftalmos) y limitación de la movilidad
ocular. Clínicamente, se asocia con dolor intenso, blefaroespasmo, quemosis conjuntival
y dificultad para la apertura bucal debido a la proximidad de la inflamación
con la musculatura masticatoria.
La ecografía ocular es una herramienta
diagnóstica fundamental para la detección y caracterización de lesiones
retrobulbares, especialmente en casos en los que la evaluación directa se ve
limitada por la inflamación peri orbitaria.
Desde el punto de vista ecográfico,
el absceso retrobulbar presenta las siguientes características:
- Contenido:
Se observa una lesión bien delimitada de contenido predominantemente hipoecoico o
anecoico, con ecos internos de baja amplitud, indicativos
de material purulento o detritos celulares.
- Forma:
Generalmente ovalada o irregular, dependiendo de la distribución de la
infección y la distensión del espacio retrobulbar.
- Ecogenicidad:
Hipoecoica en comparación con los tejidos adyacentes, con posibles ecos en
su interior generados por detritos celulares o gas producido por bacterias
anaerobias.
- Refuerzo posterior:
Puede presentar un artefacto de refuerzo acústico posterior,
debido a la mayor transmisión del ultrasonido a través del material
líquido.
- Edema orbitario
asociado: Se observa engrosamiento hipoecoico de
los tejidos perioculares y aumento de la ecogenicidad de la grasa
retrobulbar debido a la inflamación.
- Compromiso del
nervio óptico: En casos avanzados, se puede
evidenciar un aumento en el diámetro del nervio óptico o alteraciones en
su ecogenicidad.
El absceso retrobulbar es una patología oftalmológica
caracterizada por la acumulación de material purulento en el espacio
retrobulbar, generando un aumento del volumen orbitario, desplazamiento
anterior del globo ocular (exoftalmos) y limitación de la movilidad ocular.
Clínicamente, se asocia con dolor intenso, blefaroespasmo, quemosis conjuntival
y dificultad para la apertura bucal debido a la proximidad de la inflamación
con la musculatura masticatoria.
La ecografía ocular es una herramienta diagnóstica
fundamental para la detección y caracterización de lesiones retrobulbares,
especialmente en casos en los que la evaluación directa se ve limitada por la
inflamación periorbitaria.
Desde el punto de vista ecográfico, el absceso
retrobulbar presenta las siguientes características:
-
Contenido: Se observa una lesión bien delimitada de
contenido predominantemente hipoecoico o anecoico, con ecos internos de baja
amplitud, indicativos de material purulento o detritos celulares.
-
Forma: Generalmente ovalada o irregular, dependiendo de la
distribución de la infección y la distensión del espacio retrobulbar.
-
Ecogenicidad: Hipoecoica en comparación con los tejidos
adyacentes, con posibles ecos en su interior generados por detritos celulares o
gas producido por bacterias anaerobias.
-
Refuerzo posterior: Puede presentar un artefacto de
refuerzo acústico posterior, debido a la mayor transmisión del ultrasonido a
través del material líquido.
-
Edema orbitario asociado: Se observa engrosamiento
hipoecoico de los tejidos perioculares y aumento de la ecogenicidad de la grasa
retrobulbar debido a la inflamación.
-
Compromiso del nervio óptico: En casos avanzados, se puede
evidenciar un aumento en el diámetro del nervio óptico o alteraciones en su
ecogenicidad.
La ecografía no solo permite confirmar la presencia
de un absceso retrobulbar, sino también diferenciarlo de otras patologías
orbitarias como celulitis orbitarias, neoplasias o hemorragias retrobulbares.
Además, facilita la guía para procedimientos de drenaje asistido si es
necesario.
El diagnóstico temprano y un abordaje terapéutico
oportuno son esenciales para evitar complicaciones como la compresión del
nervio óptico, trombosis del seno cavernoso o pérdida irreversible de la
visión.
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