Luxación de Cristalino en Perros con
Cataratas Maduras
La luxación del cristalino es una condición oftalmológica
grave en la que la lente se desplaza de su posición normal dentro del ojo
debido a la rotura o degeneración de las fibras zonulares que la sostienen. En
perros con cataratas maduras, el riesgo de luxación aumenta debido a la
alteración en la estructura del cristalino y al debilitamiento de sus soportes.
Esta patología puede presentarse en cualquier raza, aunque es más común en
razas predispuestas como el terrier tibetano,
jack russell terrier y border collie.
Existen dos tipos principales de
luxación del cristalino: luxación anterior y
luxación posterior. La luxación anterior ocurre cuando el
cristalino se desplaza hacia la cámara anterior del ojo, ubicándose por delante
del iris y en contacto directo con la córnea. Esta condición es una emergencia oftalmológica ya que puede
causar un aumento rápido de la presión intraocular, desencadenando un glaucoma
agudo y daño irreversible al nervio óptico.
Por otro lado, la luxación posterior se presenta cuando el
cristalino cae hacia la cámara posterior del ojo, situándose sobre el vítreo.
Aunque esta forma de luxación es menos urgente que la anterior, puede generar
inflamación crónica, interferencia en la circulación del humor acuoso y predisposición
al desarrollo de un glaucoma secundario.
En algunos casos, el cristalino luxado puede permanecer en la cámara posterior
sin causar síntomas significativos por un tiempo, pero con el tiempo puede
generar complicaciones graves.
El diagnóstico de la luxación del
cristalino se basa en un examen oftalmológico
detallado mediante lámpara de hendidura, donde se observa el
desplazamiento del cristalino y la presencia de signos como subluxación
(movimiento parcial del cristalino), fluctuaciones en la profundidad de la
cámara anterior y pseudoafacia (ausencia del cristalino en su posición normal).
Además, la tonometría ocular se usa para medir la
presión intraocular y descartar glaucoma.
El tratamiento depende del tipo de
luxación y del estado del ojo afectado. En la luxación
anterior, la extracción quirúrgica del cristalino (lensectomía
intracapsular) es el tratamiento de elección para prevenir el glaucoma y el
daño corneal. En algunos casos, si la cirugía no es posible, se pueden
administrar fármacos mióticos como el latanoprost
o la pilocarpina, que ayudan a mantener la
pupila contraída y evitar el paso del cristalino a la cámara anterior.
En la luxación
posterior, el manejo inicial puede ser conservador si no hay
signos de glaucoma o inflamación severa. Se pueden utilizar antiinflamatorios tópicos y sistémicos para
controlar la uveítis y medicamentos hipotensores en caso de aumento de la
presión intraocular. Si el cristalino luxado genera complicaciones, la opción
quirúrgica es la extracción del cristalino o la implantación de una lente
intraocular, según el caso.
Los perros con cataratas maduras tienen
mayor predisposición a la luxación del cristalino debido a la debilidad zonular
asociada con la degeneración cristalina. En estos casos, es fundamental el
monitoreo oftalmológico frecuente para detectar signos tempranos de subluxación
o desplazamiento del cristalino y tomar medidas preventivas antes de que ocurra
una luxación completa.
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